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El día que descubrí la violencia

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Cuando inicié la serie de remixes sonoros de películas titulada The Sound Screen, lo hice sin ninguna idea preconcebida, la única condición era que todo el sonido procediese de películas. Quizás por esta razón la segunda entrega de la serie no se parece en nada a la primera. The Sound Screen #001 (Droolworthy) surge de dos comedias románticas comerciales y termina siendo una pieza experimental, mientras que The Sound Screen #002 (The Day I Discovered Violence) nace de una película independiente un tanto atípica (Bronson de Nicolas Winding Refn), aunque no experimental, para terminar siendo un remix «clásico».

No me planteé en ningún momento ese resultado, al menos no de manera consciente, pero inconscientemente creo que no podría haber concebido nunca un remix sonoro de Bronson sin ciertas canciones que salen en la película, porque no puedo pensar en Bronson sin escuchar en mi cabeza The Electrician de The Walker Brothers o Digital Versicolor de Glass Candy.

Por otro lado, está la pregunta de por qué elegí Bronson. La elección de películas para remezclar viene dada por una atracción subjetiva. No obstante, mientras las dos películas de las que salió Droolworthy simplemente me gustan, Bronson me fascina. Hay películas buenas, películas bien hechas, película entretenidas, películas que me gustan y películas que me hipnotizan profundamente, y Bronson es un agujero negro en el que podría perderme para siempre.

He de confesar que la primera vez que vi Bronson me pareció un poco tediosa, tiene mucha voz en voz y mucho monólogo a cámara, lo que en general no suele atraerme, pero al mismo tiempo tiene algunos momentos tan fascinantes que a los pocos días volví a verla, y cada vez que la veo me engancha más y más. Esto significa que por un lado hacer un remix era fácil porque me sé la película de memoria, pero por otro era complicado porque me gusta demasiado como para estar satisfecha con nada que pudiera hacer con ella.

Cuando empecé a escoger los fragmentos de la película y a editar el remix, lo hice sin un concepto claro, pero al poco tiempo me di cuenta de que solo podía hablar sobre violencia, impotencia, la necesidad de destruir y la mutación de persona a personaje, o leyenda.

Bronson es una persona real, «el preso más violento de Gran Bretaña», y el remix comienza con algo que me parece clave, su cambio de nombre, el paso de persona a personaje. La voz que se escucha inmediatamente después es la del Bronson real (el único fragmento que no procede de la película, sino de los extras del DVD), integrada con la de Hardy, ambos diciendo «Charles Bronson», y seguida de «and all my life I wanted to be famous». La dicotomía múltiple entre persona real, personaje público, personaje interpretado y actor que lo interpreta…

Curiosamente, la primera vez que vi a Tom Hardy pensé en esa dicotomía entre realidad e interpretación. Fue en una comedia bastante olvidable titulada Scenes of a Sexual Nature en la que Hardy hace de postadolescente de extrarradio. Aunque no sale ni diez minutos, en cuanto lo vi pensé: «Este tío o es así de verdad o es un actor como la copa de un pino». No era así de verdad… El Bronson de Hardy es absorbente, embriagador, una mezcla esquizofrénica de furia y ambigüedad. De ahí la idea de mezclar el techno pop gay de Pet Shop Boys con la pelea a puñetazos.

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De todas formas, cuando pienso en Hardy/Bronson pienso sobre todo en el plano que más me desconcierta y cautiva de la película; esa mirada al vacío, inmóvil, en silencio, con la chica bailando semidesnuda detrás y Digital Versicolor. Aunque quizás sea solo porque me obsesiona el color azul… y Tom Hardy, vale… y Nicolas Winding Refn, sí, también…


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